Desde niña sé que estoy rodeada de gigantas que me abren el camino. Soy pequeña, pero siento que la lucha ya ha empezado.
Creces, aprendes a vivir y sabes que tienes que estar alerta. Esfuerzo, resistencia y equilibrio. Ese que te permite coger aire y avanzar.
Es tu combate interior. El que vas perfeccionando día a día. En el que cada vez te sientes mejor, a pesar de su dureza. Ya eres giganta.
Es tu lucha. Es la mía. Es la lucha de gigantas.